El invierno es el momento en que la Tierra calla y el alma escucha.
La oscuridad se vuelve maestra, invitando al descanso, a la introspección y al reencuentro con lo esencial.
Es una estación para volver al centro, nutrir el cuerpo y abrazar el calor de lo que permanece.
En Miakoda, el invierno se honra como un portal de sabiduría interior.
Cada aroma se vuelve más íntimo, cada bruma más suave, cada aceite una caricia que despierta la calma.
Es tiempo de sanar en silencio, de preparar el terreno para los nuevos sueños que germinarán en primavera.
El fuego del hogar, el perfume del incienso y la quietud del alma se entrelazan en una alquimia de descanso y renacimiento.
Aquí, la quietud no es vacío: es el espacio donde la luz empieza a gestarse de nuevo.
Géminis
mueve el aire y abre la mente a nuevas perspectivas
Cáncer
abraza, nutre y reconecta con la sensibilidad del corazón.
Leo
enciende el fuego interno que ilumina el invierno.
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